Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
Santiago 4:16-17 (RVR1960)
Cambiador del mundo: Es necesario que meditemos en esta Palabra, y estar quietos para que Nuestro Señor Jesucristo pueda hacer Su obra y abrir las ventanas de los cielos, derramando la lluvia tardía que estamos esperando por todas nuestras generaciones.
Antes de ser cristianos nacidos de nuevo, del agua y del espíritu, teníamos en nuestro corazón el espíritu de este mundo que le ha dado la espalda a Dios y que erróneamente piensa que puede vivir sin Él, lo cual solo nos demuestra que estamos llenos de soberbia.
Nacer de nuevo, es morir a si mismo, crucificando nuestra antigua vida llena de pecado, jactanciosa y absolutamente mala, para permitirle a Jesús que Él viva en nosotros Su santidad habitando en nuestros cuerpos mortales a través de Su Espíritu Santo, por cuanto hemos sido llamados a ser Su templo espiritual.
Lo que para el ser humano es imposible, para Dios es posible, por lo que no hay nada que no pueda hacer por nosotros. Él derrama Su gracia en una persona que se humilla, en alguien que se somete confiadamente y viene a Sus pies. Si nos acercamos a Dios, Él se acercará a nosotros y limpiará nuestras manos llenas de pecado y cambiará nuestros corazones de doble ánimo poniendo el Suyo en nuestras vidas (Santiago 4:6-8) (Ezequiel 36:26-27).
No debemos desatender la obra a la que Cristo nos ha llamado y quiere guiarnos, porque si no lo hacemos sabiendo hacer lo bueno, nos será contado como una transgresión y pecado.
Pidámosle hoy a Dios que pueda amanecernos en nuestro corazón para dejar de lamentarnos de todas las cosas que nos han salido mal a causa de nuestro egoísmo, a lo largo de nuestra vida y de las que después le echamos la culpa a Dios cuando vemos los frutos de fatiga, hambre, desnudez, derrota y enojo, luego entonces vienen a nuestro corazón, palabras de maldición en contra de nuestro prójimo y aun contra Dios, atreviéndonos inclusive a levantar el rostro en alto, sin el menor temor y honra a Dios (Isaías 8:20-21).
Hoy es el día de doblar rodillas y pedir perdón a Jesús, sabiendo que Él nunca dejará ni abandonará un corazón humilde, sino que nos exaltará cuando llegare nuestro tiempo. (1 Pedro 5:5-6). Aleluya.
- But now ye rejoice in your boastings: all such rejoicing is evil. Therefore to him that knoweth to do good, and doeth it not, to him it is sin.
James 4:16-17 (KJV)
World changer: It is necessary that we meditate in this Word and be still so Our Lord Jesuschrist can do His work and open the windows of heaven, pouring the late rain that we are waiting for all our generations.
Before being born again christians, from the water and the spirit, we had the spirit of this world in our hearts, which has turned its back to God and that it wrongly thinks that it can live without Him, which only shows us that we are filled of pride.
To born again, is to die to oneself, crucifying our old life filled of sin, boastful and absolutely bad, so we can allow Jesus to live His holiness in us, dwelling in our mortal bodies through His Holy Spirit, because we have been called to be His spiritual temple.
What for the human being is impossible, for God there is nothing that He can not do for us. He pours His grace into a person who humbles himself or herself, into someone who submits confidently and comes to His feet. If we draw near to God, He will draw near to us and cleanse our hands filled of sin and He will change our hearts of double entender placing His heart in our lives (James 4:6-8) (Ezequiel 36:26-27).
We must not leave the work for what Christ has called us and wants to guide us, because if we do not do it knowing to to do what is good, it will be accounted for us as a transgression and sin.
Let us ask God today to be able to wake us in our hearts to stop mourning for all the things that have gone wrong because of our selfishness, throughout our lives and that later we blame God when we see the fruits of fatigue, hunger, nakedness, defeat and anger and then words of curse come to our hearts against our neighbor and even against God, inclusive daring to lift our face up, without fear and honor to God (Isaiah 8:20-21).
Today is the day to bend our knees and ask Jesus for forgiveness, knowing He will never abandon or leave a humble heart, but He will rise it when our time comes (1 Peter 5:5-6). Halleluyah.
Devocionales Cristo en Nosotros 